La creación de un Archivo de Arte de la ciudad de La Plata surge del crecimiento y de la expansión del Centro de Arte durante el último año en el que se ha trabajado en exposiciones, publicaciones y actividades de investigación y de difusión concentradas en visibilizar el trabajo de nuestros artistes, diseñadores y arquitectes.
En el transcurso de estas acciones, se detectó la relativa presencia de archivos personales disponibles en instituciones, una situación nacional y latinoamericana que tiene su contrapunto en nuestro territorio.
En la ciudad, los repositorios se hallan, en gran medida, en el marco de iniciativas personales y, en consecuencia, muy pocos han sido considerados como archivos, pues su accesibilidad es acotada y sus criterios de organización escapan de las normas y de las clasificaciones de la archivística. De ahí que tengan una escasa incidencia en las investigaciones, sobre todo, en los jóvenes historiadores de la ciudad.
En el caso específico de los acervos personales de artistas de La Plata su presencia en instituciones públicas locales es limitada y, en ocasiones, completamente nula[1]. Si bien algunos museos y galerías, en especial de Europa y Estados Unidos, han adquirido ciertos documentos, en particular los más comercializables y auratizables, la mayoría se encuentra de manera aislada y deslocalizada, por tanto, su disponibilidad para la consulta y sus posibles usos historiográficos se ven notoriamente restringidos.
A su vez, esta problemática se profundiza en la falta, o el incumplimiento, de una política de archivo, es decir de una legislación, que obture los riegos de pérdida, desaparición, desguace o venta como lamentablemente ocurrió, hace apenas unos pocos meses, con el Archivo de Artistas Juan Carlos Romero[2].
De manera que uno de los más significativos debates que están sucediendo en la actualidad recaiga en la necesidad de concientizar sobre la importancia de este tipo de acervos y en las estrategias a implementar para volverlos visibles, para que los particulares sientan traccionados sus archivos hacia las instituciones públicas y que éstas asuman el lugar de custodias permanentes. En este sentido, el compromiso de la Universidad pública en el estudio, la preservación y la activación de archivos se expresa en la centralidad creciente que en los últimos años ha adquirido la Universidad en el despliegue de estrategias teóricas y acciones concretas para volverlos visibles y ponerlos en valor.
Este es uno de los principales objetivos del Archivo de Arte que reunirá, catalogará y difundirá colecciones bibliográficas y documentales de artistas, arquitectos, diseñadores, historiadores del arte e instituciones relacionadas con el arte y la cultura de la ciudad de La Plata.
El punto de partida del Archivo está dado por la donación de un conjunto de documentos de Carlos Ginzburg[3] y por la formación de una colección de libros de artista y publicaciones independientes. Entre los materiales que actualmente tenemos a disposición para comenzar a trabajar en la conservación, catalogación y acceso público se encuentran fotografías, bocetos, afiches, libros, publicaciones periódicas, y una gran variedad de textos inéditos y recortes hemerográficos.
Sin lugar a dudas, la actualidad y la intensa circulación del archivo, en las producciones artísticas, en las prácticas museográficas y curatoriales y en los programas de conservación e incorporación de material documental, provocan un renovado estatuto de los archivos personales y abren nuevos campos de investigación. Esto produce una transformación cualitativa para los archivos de arte latinoamericano y para la reescritura de la historia del arte. El campo de lectura de la imagen se expande al mover los archivos y, desde allí, al poder cuestionar el canon, las cronologías y las historias construidas.
[1] Sin embargo, se destacan el archivo del Instituto de Historia de Arte Argentino y Americano (IHAAA–UNLP), la Biblioteca del Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano (MACLA) y el Centro de Arte Experimental Vigo (CAEV) –aunque su órbita no es estatal-.
[2] En enero de 2019 se conoció la venta del archivo completo a una entidad del exterior por decisión de sus herederos. El acervo incluye fondos documentales como la colección de afiches políticos argentinos y latinoamericanos; el fondo sobre el CAYC, el fondo sobre aspectos de la cultura popular y el fondo de folletos sindicales. En 2011, a raíz de la voluntad del propio Romero se creó la Asociación Civil Juan Carlos Romero Archivo de Artistas en conjunto con la Red Conceptualismos del Sur (RedCsur). Finalmente en 2014, se inauguró la sede de la Asociación en la Ciudad de Buenos Aires y se formalizó con la colaboración de otras dos instituciones que se sumaron al proyecto: el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) y la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF).
[3] Carlos Ginzburg (La Plata, 1946) estudió Filosofía en la Universidad Nacional de La Plata. Integró el Movimiento Diagonal Cero y el Grupo de los Trece. En 1969 inició sus proyectos de «arte ecológico» y «señalamiento» Entre 1972 y 1982, año en que se estableció en París, viajó por el mundo como “artista viajero”. En 1980, exhibió estos viajes en el International Cultureel Centrum de Amberes, Bélgica. Vive y trabaja en París.